Sus ojos se abrieron mientras ella lo miraba como si fuera
la primera vez que lo hacía. Ya lo había observado otras veces y estaba aprendiendo
a descifrarlo. Era muy buena estudiando
a las personas y sus rarezas. Le encantaba observar sus peculiaridades y guardar las que más le gustaban en un cajón
de recuerdos. La risa espontanea solía ser su favorita. Le provocaba una
fascinación tremenda. La risa es siempre un bálsamo para los sentidos. Él
siempre tenía una sonrisa entre los dientes preparada para ella, esperando el
momento exacto para salir a escena. Le encendía por dentro. Hacía que se iluminara y vibrara como un cascabel. Él era
una llama de vida y no parecía darse cuenta. Ella lo sabía y tenía muy claro
que por fin, después de tantos naufragios, había encontrado el faro que tanto
tiempo llevaba esperando.
11/08/2020